lunes, 8 de noviembre de 2010

Educar: una ardua tarea...pero muy gratificante

Dentro de la opinion de los profesores hacer clases es una tarea muchas veces titánica: dedicarse por completo a un conjunto de niños, con los cuales no les une ningún tipo de lazo sanguíneo muchas veces se vuelve un trabajo cansador, y extenuante.
Pero, también he oído de  mas de algún profesor,  que la satisfacción mayor y personal más importante, se da cuando el alumno aquel a quién tanto le ha costado comprender una materia en particular, lo logra. Ese sentimiento de "saber que puedo" que transmiten los niños con su mirada, les brinda la alegría del día y la sensación del deber cumplido, que lo dejan con el dulce sabor de la victoria.
Es así como se da el día a día del maestro: un logro, una satisfacción, hacen valedero todo tipo de esfuerzo que se haya hecho para lograr ese objetivo.

1 comentario:

  1. Cuando uno enseña a sus hijos uno siente una sensación de alegria enorme, creo que cada niño en cierto modo se vuelve tu hijo cuando enseñas con el corazón, la vocación es eso sentir esa gratificación de enseñar. Lograr el objetivo que se ha propuesto es lo mejor de todo ya sea desde el punto de vista profesional y emocional también, ver que soy capaz y que sirvo para esto hacen dar cuenta que desde que uno emprende esta tarea jamás ha sido en vano.
    Si ser profesor es super complicado todo depende del espíritu, de las ganas también.

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