INVESTIGACIÓN


Proyección integradora de una cultura letrada
Dra. Adelina Arellano-Osuna Presidenta del Comité Latinoamericano para el Desarrollo de la Lectura y la Escritura, Asociación Internacional de Lectura. Venezuela.

En la actualidad, investigadores de disciplinas muy variadas como la antropología, la lingüística, la bibliotecología, la sociología, la psicología, las ciencias de la educación, entre otras, se han dedicado al estudio y comprensión de lo que significa una cultura letrada. Ha prevalecido durante muchos años, la idea de definir la lectura como el simple descifrado visual o reconocimiento de un código escrito, que lo acompaña un eventual cifrado fónico. Lamentable-mente, esto es sólo una consideración superficial del acto de leer. No podemos negar que la lectura es un acto perceptivo, pero no fugaz, sino de duración prolongada, exigiendo que el lector sea capaz de realizar una serie de organizaciones dentro de la red de significados para llegar a reconocer y soportar las expresiones materiales de un escrito determinado. Al leer debe encontrar el sentido y además, ser capaz de realizar los enlaces necesarios que operan dentro, no sólo a nivel mental, sino corporal también. Según G. Perec (1986) leer es ante todo extraer de un texto elementos significantes,…pero también sonoridades (rimas), modos de disposición en la página, giros de frase, particularidades tipográficas…o aún secuencias narrativas enteras. Leer requiere usar la vista pero también la voz, la lengua, la respiración, los labios, las manos, la mente y el cuerpo en su orientación y postura. Es un acto que nos lleva siempre a experimentar y relacionarnos con un escritor que suministra su texto para generar en sus usuarios infinitas posturas frente al mismo. Nunca se lee de la misma manera aunque ese libro ya lo hayamos leído. Todo vuelve a ser nuevo debido a los propósitos y motivaciones del lector y más importante aún, por la organización de ese texto en particular. Todas estas posibilidades son las que remiten al análisis de la lectura como una práctica cultural. De esta manera, podemos evaluar los actos de lectura y las tendencias de las prácticas de la lectura en nuestra cultura occidental. De forma muy resumida podríamos decir que la lectura durante el siglo XVIII, por ejemplo, se hacía como lectura pública, compartida de recitación, memorización. En la actualidad, por el contrario, se lee una variedad de textos en su contenido y forma predominando la lectura rápida, superficial, en la mayoría de los casos en forma silenciosa, individual o privada. Con la llegada de las nuevas tecnologías también identificamos una cultura diferente de lectores. Cabe destacar, la escritura laberíntica e intrincada de los hipertextos que posee características bien diferentes de aquellas encontradas cuando se escribe a mano o cuando lo hacemos con un teclado.
La última revolución del siglo XX, Internet se produce a mediados de los años sesenta más por requerimiento militar estadounidense que de otra índole. EI Internet es una red de redes. Los servicios más conocidos y utilizados en Internet son el correo electrónico o E-mail para intercambiar mensajes a los que se les pueden agregar aditamentos de todo tipo, imágenes, gráficos, fotografías, archivos de textos y otros. El www –World Wide Web o sistema de hipertexto que permite navegar por medio de conexiones entre muy variados documentos. Como usuarios de estos recursos ciberespaciales se contabilizan cerca de 40 a 60 millones de personas. Igualmente importante nos parece mencionar el lenguaje de la televisión expresado por sistemas de representación múltiples, no sólo el alfabético, sino el de la imagen, el icónico, musical y otras formas que abundan en significación. Es por todos estos cambios tecnológicos, ocurridos de manera tan rápida y violenta que nos surge la necesidad de examinar las significaciones de la lectura y la escritura, especialmente para encontrar las mejores formas de promover su uso o práctica cultural en la escuela. El lector, ante todo tiene que apropiarse del texto como portador de significado. Realizando una lectura interpretativa no fragmentada sin tener que prestar atención solamente a los escasos elementos componentes de su estructura textual. Tanto el lector como el texto deben ser abiertos o flexibilizarse, el primero para reaccionar frente al segundo, siempre teniendo como meta encontrar el sentido guiado por sus motivaciones y propósitos. La importancia radica no son sólo en esas relaciones internas o relacionadas con el sujeto (lector) sino también aquellas de íntima relación con el objeto (libro). Ahora bien, resulta igualmente cierto observar que detrás de todo escritor, hay un posible lector. Ese lector es quien reescribe con su imaginación sacando nuevos significados. Los lectores de hoy, requieren de estrategias diferentes para alcanzar efectividad en el procesamiento de lo codificado en forma alfabética. La escuela ha considerado casi siempre que la enseñanza/aprendizaje de la lectura y la escritura debe ser de carácter normativo y académico lo cual remite a estudiar los componentes de tipo gráfico, léxico, fonológico, ortográfico y sintáctico. La Escuela, suele estar dispuesta sólo a dictar la norma para lo correcto o incorrecto de cada una de las partes componentes de este objeto de conocimiento llamado lectura. De aquí que siempre nos preguntemos si la escuela lo que ha hecho por mucho tiempo, no es otra cosa que, limitar el verdadero aprendizaje de la lectura y la escritura. En el caso de la escritura, por ejemplo, observamos dos tipos de escrituras, unas llamadas literarias y otras cotidianas. En ambos casos con fines y funciones bien determinados. Todas ellas utilizadas y desarrolladas como efecto de las obligaciones escolares o formativas de la educación y no como herramientas construídas socialmente para desarrollo personal. Los antropólogos, ven la lectura y la escritura que operan en la escuela como contextual y relativista. Ellos no ven maneras correctas o incorrectas de leer. Observan a la lectura y la escritura como una construcción sociocultural. Se trata de la articulación de contextos y relaciones sociales alrededor de lo escrito. Enfatizan la importancia de observar los actos de lectura diarios para apreciar lo que significa lo escrito en la vida de los seres humanos y cómo moldea su vida y mente.
Es a partir de este conocimiento que los lectores encontrarían la respuesta a una inquietante pregunta como lo es ¿Para qué me sirve leer? Pues bien, la apropiación de la lengua escrita exige maestros o adultos que comprendan estos aspectos culturales del proceso, ya que conociéndolos a fondo, podrán buscar las mejores formas de promover su desarrollo en ambientes escolares. Después de este breve marco de referencia en lo que concierne a la cultura de la lengua escrita orientaré mi exposición hacia posibles reflexiones para organizar ambientes dentro de un salón de clase que permitan apropiarse de la lengua escrita en forma total. No queremos que continúe siendo un simple ejercicio descontextualizado de componentes de este proceso sino que se convierta en la herramienta de comunicación y crecimiento personal. Ya Vygotsky (1981), señalaba que son los signos los que otorgan a los seres humanos el poder de regular y cambiar las formas naturales de comportamiento y conocimiento. Por ejemplo, escribimos en nuestro calendario la hora y fecha para asistir a un evento, esta información vendría a ser el signo para indicarnos el compromiso acordado y así aumentar nuestra habilidad natural de recordar. De esta manera las acciones de mediación de las herramientas mentales, como sería el caso del calendario sería una forma natural de transformarla en formas culturales superiores exclusivas de los humanos. Vygotsky (1981) denomina a este proceso como el de mediación semiótica. Esto podría interpretarse como aquella conducta que debe existir socialmente primero antes de que alcance a ser conducta interna del sujeto. La conciencia individual sólo existirá en presencia de la conciencia social y el lenguaje. Igualmente importante es su concepto de internalización puesto que la transferencia progresiva de la actividad social externa mediada por signos debe controlarse internamente. Es desde este concepto que plantea que toda función en el desarrollo cultural de los niños aparece en dos planos, primero en el plano social y luego en el psicológico. Primero aparece entre dos personas como una categoría interpsicológica y luego dentro del niño como categoría intrapsicológica. (Vygotsky, 1981). El concepto de internalización juega un papel muy importante en la educación. Veamos un ejemplo con la lectura o la escritura de los niños. Por ejemplo, un alumno le pregunta a su maestro como se escribe una palabra en particular, una vez que el maestro ayuda al alumno a encontrar la respuesta, ofreciéndole claves, sugerencias o relaciones en las cuales el alumno se apoya para responderse, convirtiendo esta ayuda en lo que se denominaría la herramienta psicológica que el alumno utilizaría y regularía, es decir, estaría controlada ahora por el alumno. De esta manera la conducta externa que se definió en parte por la cultura la internalizó el alumno convirtiéndose ésta en función y su herramienta mental para el conocimiento. Vygotsky, nos ayuda a entender el papel del lenguaje en el desarrollo y el aprendizaje de los niños. Se orienta a pensar que la enseñanza que los alumnos reciben en la escuela suministra a los alumnos el contexto cultural y social para poder desarrollar sus funciones mentales superiores. El trabajo que desarrollan los maestros en la escuela con los niños para apropiarse de la lengua escrita podría analizarse al verse mediado por signos enraizados en la actividad mediada socialmente. Es así como observamos que en aulas donde se aplica la filosofía denominada Lenguaje Integral, los alumnos se apropian de la lengua escrita mientras disfrutan de su inmersión en actos de lectura o escritura con alta significación para ellos. Es un ambiente rico en escritura para ser leída o para componer textos en actos de comunicación real y relevante. Es pues un proceso de buscar siempre sentido a todo lo que se lee o escribe y no el simple desarrollo de habilidades por separado y fuera de contexto.
Por otra parte, conceptos muy importantes en la escuela de hoy, se orientan a entender la zona de desarrollo próximo y el papel del maestro como mediador de los procesos de lectura y escritura u otros aprendizajes escolares. Ambos conceptos bien explicados en la teoría de Vygotsky y por fortuna aplicándose con gran éxito en muchas aulas del mundo entero. Avanzaremos ahora a examinar cómo sería un modelo de mediación para promover la lectura y la escritura en un salón de clase. El maestro tendrá que saber que sus alumnos deben sentir pertenencia y responsabilidad sobre el uso y función de estas dos herramientas construídas socialmente, la lectura y la escritura. Es un trabajador dinámico, flexible que asume el rol de conductor, facilitador o promotor de conocimiento. Todo esto ocurre mientras se efectúan interacciones sociales. En el caso particular de la lengua escrita, el maestro observa de qué manera las características de un texto pueden facilitar o impedir el desarrollo de la lectura. Este conocimiento lo ayuda a determinar primero aquellas estrategias de lectura que el alumno requiere desarrollar para luego organizar sus estrategias pedagógicas con el fin de mediar estos procesos. Las estrategias de lectura podrían enumerarse de la manera siguiente: a) estrategias para la comprensión del texto: predicción, inferencias y selección de la información; b) estrategias para la identificación de las palabras: contextuales, fonéticas o de análisis estructural del texto, entre otras; c) estrategias referidas al texto: partes que conforman el cuento, conceptos más importantes, diálogos y otros más. Una vez que se determina la estrategia requerida por el alumno el maestro le suministra apoyo mientras que lo requiera. El maestro tiene que reflexionar constantemente para saber si el alumno está comprendiendo el texto. Ya sea que lo haga por autorregulación o mientras comparte con sus compañeros ese conocimiento. Otro concepto que los maestros deben entender es el de la zona de desarrollo próximo (Vygotsky, 1986). Este conocimiento les permitirá determinar el nivel actual de desarrollo del niño determinado por la resolución de problemas en forma independiente y su nivel de desarrollo potencial marcado por la ayuda o apoyo que reciben del adulto o compañero más capaz para resolver un problema dado. Se requiere, así mismo que un maestro prepare su trabajo para enseñar en la zona de desarrollo próximo creada como el sendero del aprendizaje social para ofrecer a los alumnos oportunidades de llevar a cabo abundantes interacciones sociales que les permita la internalización independiente. Es decir se va de la acción regulada por otra persona, en este caso, el maestro, hasta alcanzar la regulada por el propio alumno. Tres aspectos importantes se observan mientras el maestro suministra apoyo en la zona de desarrollo próximo. Estos aspectos son claves, a) el maestro suministra las posibles interacciones sociales que se producirán en forma de colaboración mientras el alumno va construyendo los enlaces o relaciones necesarias de comprensión y competencia. b) La mediación del maestro es flexible, todo lo que hace o ejecuta como maestro dependerá de la retroalimentación que recibe del niño mientras se sumergen en una actividad de aprendizaje determinada; y c) El maestro se concentra en determinar cuánto apoyo requiere el alumno. Generalmente, el maestro va desde instrucciones muy precisas para el niño hasta llegar a suministrar sólo las requeridas, es decir, ayuda, pero en su más mínima expresión.
En la actualidad y de acuerdo a nuestra organización social, es la escuela quien puede mejor suministrar el contexto social y cultural para que los niños puedan desarrollar sus funciones mentales superiores. La enseñanza de la lectura y la escritura en la escuela es una actividad de mediación social en donde la lengua escrita, llega a entenderse conscientemente por el niño, no sólo en su estructura sino también en su función. Es de esta manera que el alumno alcanza su mediación propia a partir de aquella suministrada por el maestro en diferentes situaciones de aprendizaje. El propósito de la lectura va entonces, a estar supeditado a las características de longitud, estructuras, tópico, sintáxis y vocabulario del texto seleccionado. Para ejemplificar lo antes dicho, imaginémonos a un maestro presentando el cuento a sus alumnos, haciendo visible las posibles predicciones o inferencias que de éste surgen para que luego el alumno siga solo en su proceso de comprensión. Veamos un ejemplo de cómo el maestro podría mediar el proceso de lectura a partir de un texto altamente predecible. “En un bosque espectacular”. Primero el maestro comienza a hablar de la ilustración en la portada del texto. Luego va recorriendo cada una de las páginas con su respectiva ilustración. Desde este recorrido toma elementos del texto que le permiten identificar los personajes y sus características para luego llevarlos por rima y aliteración al humor y deseo de continuar leyendo el texto. Así mientras el maestro controla la actividad se va ayudando con lo que logra extraer de los niños mientras responden usando las estrategias que los ayudan a llevar el hilo conductor de la lectura. Es así como en una primera parte de la actividad el maestro sirve de mediador o compañero más capaz para que poco a poco, el lector tome control sobre el proceso y siga sólo. Otra manera de hacerlo, sería cuando el maestro se detiene en cada una de las páginas y va preguntando a los lectores qué piensan que ocurrirá en la próxima página, lo cual está ya anunciado en la página anterior, pues cada personaje anuncia la llegada del nuevo. Así el lector sólo completaría la acción realizada por el nuevo personaje que forma parte del cuento. En el proceso de apropiación de la lengua escrita cabe mencionar qué ocurre ahora, con el desarrollo de la escritura. Desde muy temprana edad los niños comienzan a construir su escritura desde una perspectiva propia y muy personal. Esta perspectiva va a estar basada en su experiencia desde su propio conocimiento previo mediado éste por un entorno letrado. Algunos niños viven en ambientes en donde la escritura es una necesidad diaria, mientras que otros alumnos la ven a distancia y en pocas ocasiones. Estas dos posibilidades marcarán grandes diferencias en las respuestas de los niños a este objeto de conocimiento. Por esto el maestro tendrá que observar el proceso de escritura y perfilar cuánto sabe el niño acerca de su uso. Desde ese conocimiento podrá entonces, crear posibles escenarios para que la escritura se convierta en la herramienta que se construye socialmente con fines y propósitos que el usuario debe reconocer y sentir. Es de esta manera que la escritura puede cambiar desde una postura mecanicista de desarrollo de su forma y ortografía a una escritura para comunicar el pensamiento desde sus innumerables funciones y usos. Aquí los maestros suministran diariamente tiempo suficiente para que los alumnos puedan interactuar con la escritura. Al comienzo desde una perspectiva que se aleja mucho de la escritura del adulto alfabetizado pero que refleja el tipo de conceptualización que ya el niño lleva consigo.
Este conocimiento puede orientar mejor la planificación y ejecución de la actividad pedagógica ya que permitirá al maestro crear situaciones de aprendizaje más allá de la zona de desarrollo próximo de los niños ayudándolos a acelerar efectivamente su desarrollo potencial como escritores. Para concluir, debo señalar que una de las misiones del educador integrador es la de conocer la relectura de sus alumnos para conducirlos a formas muy variadas de comprensión de los textos. Finalizando con las palabras del gran maestro, P. Freire,…“nuestra tarea fundamental, entonces debería ser buscar las formas de experimentar con intensidad la dialéctica entre “la lectura del mundo” y la “lectura de la palabra”
Fuente: "VI Congreso de las Américas. I° Congreso Nacional de Lectoescritura - Panamá 2004". Tomado exclusivamente con fines instruccionales.

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